El templo del convento de las Carmelitas de Ciudad Real acogió el pasado 1 de octubre la apertura del Mes Misionero Extraordinario con una eucaristía que presidió el obispo, monseñor Gerardo Melgar.
En la misa, que se celebró el día de la memoria de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de los misioneros y de las misiones, el obispo recordó que «la Iglesia ha recibido de Cristo el mandato y la misión de anunciar a todos su persona y su mensaje de salvación».
Sobre el lema, Bautizados y Enviados, monseñor Melgar explicó que nos invita a vivir con «autenticidad y exigencia nuestra fe», al estar bautizados somos enviados, puesto que, como dijo, esta es la comprensión de la vida cristiana, un mundo nuevo que ha de anunciar a Cristo para seguir su mandato, con un envío que se nos da, como profetas, en el bautismo.