Hilario, obispo y doctor de la Iglesia

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    Es Hilario un santo que vivió en el s. IV. Su vida está llena de noticias no totalmente confirmadas. Se le atribuyen circunstancias propias de un lugar común: su origen pagano, su conversión al cristianismo como salida de una crisis existencial... La tradición le atribuye una mujer y una hija. 

    En realidad, encontramos a Hilario, por primera vez, en el Concilio de Béziers (a. 356), Se distinguió por su actitud antiarriana, por lo que fue depuesto y exiliado a Frigia. El exilio fue fundamental para su formación cultural y doctrinal; entre otras cosas, porque entró en contacto con los escritos de Orígenes. El contacto con los ambientes antiarrianos de Oriente le hizo profundizar en el conocimiento real y profundo del debate trinitario. 

    Tomó parte en el Concilio de Seléucida. Cuando recibe la noticia de que los obispos occidentales, presionados por el Emperador, habían firmado una profesión de fe filoarriana. Hilario pide entonces sostener un debate público con el líder de esta corriente, Saturnino de Arles. No tenemos constancia de que este debate se produjera. Aunque esta actitud suya le valió el término de su exilio, al ser considerado sembrador de discordias y perturbador de Oriente. Aunque su vuelta no supuso su reintegración en su sede episcopal. 

    Su acción antiarriana estuvo acompañada por una amplia actividad literaria, que cimentó la reflexión doctrinal de Occidente. Compuso, además, numerosos himnos. Y es la suya una obra poética nada popular, pero muy importante. 

    Se dice por tradición que su cuerpo fue sepultado en Poitiers, y que allí habría permanecido hasta que los protestantes quemaron su sepulcro. Ahora, dos Iglesias se disputan la custodia de su cuerpo, San Dionisio de París y San Jorge de Le Puy. Listado completo de Santos